Como dice la canción de Dani Martín, «que bonita la vida cuando baila su baile que se vuelve maldito cuando cambia de planes». Y sí, la vida es muy bonita, aunque a veces nos traiga cosas que no queremos.
Si lo pensamos, la vida nos regala más cosas buenas que malas, lo que pasa es que cuando pasa algo malo, le damos más importancia. Damos por hecho que las cosas, siempre nos tienen que ir bien, que para ser felices, todo tiene que ser perfecto y tenerlo todo, pero no es así. Deberíamos disfrutar de cada segundo, de cada instante, disfrutar de las personas que nos rodean y dejar de darle importancia a todo aquello que no la tiene, porque un buen día, sin esperarlo, sin pedirlo, tu vida puede dar un giro y ponerlo todo patas arriba… Y cuando ese día llega, arrasa con todo, te deja desnud@ frente a un abismo que nunca habías imaginado que existiera, y mucho menos, para ti y sí, es injusto que nos pasen cosas malas, pero… ¿y si esas cosas llegan a nuestra vida para abrirnos los ojos? para hacernos ver que somos instantes…
Las mejores cosas de la vida son las que tenemos al alcance todos los días, las más pequeñas y quizás, las más insignificantes, pero estamos tan familiarizad@s a tenerlas, que hemos dejado de valorarlas y a veces, hace falta que ocurra algo para hacernos ver realmente lo afortunad@s que somos simplemente con despertarnos y poder respirar. A veces, hace falta vivir en la oscuridad para saber apreciar la luz.
Cada día, tenemos a nuestro alcance el mejor regalo de todos, que es el poder levantarnos y vivir, pero vivir de verdad. En una ocasión leí «la vida no es un teatro en el que cada día puedas ensayar» lo que no haces hoy y las cosas que no exprimes al máximo, igual mañana pasan de largo, así que, aunque sé que suena a tópico, disfruta de cada segundo, de cada día como si fuera el último de tu vida, porque llegará el día que sí sea el último. Dile a los tuyos cuanto los quieres, arriésgate, haz eso que sueñas pero te da miedo, replantéate tu vida si hace falta, cambia el rumbo si no te gusta el que estás siguiendo.
Hoy, 19 de octubre es el día del lazo rosa, el día del cáncer de mama, un día en el que recordar a todas esas personas que, desgraciadamente, ya no están con nosotr@s, pero su ejemplo, su valentía, su esencia y su recuerdo sigue vivo.
También es día de acordarnos de todas aquellas que siguen con su lucha, que no tiran la toalla, que día a día se dedican a sacar lo mejor de ellas mismas, esas personas que sí, a veces también se derrumban y lloran y se preguntan por qué a mi y sacan toda su rabia porque, que bonita es la vida pero que injusta es a veces. Pero siguen, dibujan en su cara su mejor sonrisa y se enfrentan al mundo y se enfrentan a ese gigante con el que ellas no han elegido vivir, pero ahí está, acechando en la sombra. Lo que no sabe ese gigante, es que por muy grande que sea, por mucho miedo que dé, siempre habrá gente dispuesta a plantarle cara y no se dejarán arrollar por él.